A finales de noviembre o así compramos un bonsái. Aparentemente era de interior y de hoja caduca según decían en el vivero (luego comprobé que el vivero en realidad nos debía haber informado mucho mejor y de muchas más cosas. Era muy bonito y desde un cierto ángulo (ninguno de las fotos de abajo) me recordaba al de Karate Kid.
Total que lo ponemos en mi casa y tras una semana se ve que la salida del vivero no le ha sentado nada bien. También parece evidente que en realidad necesitaba agua y mimos a partes iguales y quizás, un poquito de sol. Así que me lo llevo a casa de mi abuela donde tienen un pequeño lavadero en el que entra el sol por las mañanas y donde además también debía pasar menos frío.
Pero eso tampoco funciona. Tras una semana allí parece evidente que la mayoría de las hojas están destinadas a caerse. Pero bueno, a pesar de todo le damos el beneficio de la duda a la terraza así que esperamos algo más ... hasta que un día me dice mi abuela que está ya casi sin hojas. De hecho, creo que visto el fracaso lo tenía ya casi preparado para tirarlo a la basura :-S.
Así que le pido que lo traiga a casa de mis padres. Y ahí seguimos con las pruebas, que si dejarlo fuera, que si meterlo dentro, que si regarlo por la tierra, que si pulverizarle el tronco (había leído que hasta el 35% del agua la absorbe por la parte superior. Y con la pulverización continua, que en todo caso sólo debía llevarse a cabo en verano, salen unas tímidas hojillas así como dos o tres brotecillos. Hemos llegado ya a finales de diciembre y el árbol tiene el siguiente aspecto:
Como se puede ver, está lleno de hojas caídas y otras que pugnan con la gravedad. Y también se puede ver que el tronco resulta particularmente grande para la maceta. Evidentemente no es que no me hubiera dado cuenta, pero reconozco que sí que pensé que si había estado ahí durante 10 años (teóricamente es la edad del árbol), sería porque era suficiente. El caso es que tras mirar en diferentes páginas de bonsáis, decido preguntar en el foro al que alguna vez he hecho referencia y allí dos personas familiarizadas con estos seres vivos me dan su opinión :-). Ya entonces quedé convencido de que debía podar (pueden verse todas las ramitas que no hacían más que estorbar el crecimiento del bonsái) y además trasplantarlo.
Todavía tardo dos o tres semanas en acercarme al vivero donde compramos tanto la nueva maceta como la tierra de bonsáis. Evidentemente el vivero debía como mínimo haber comentado los cuidados básicos así como una pequeña guía en la que se contara cómo trasplantarlo. Sobre todo sabiendo como debían saber que una vez fuera del micro-clima del vivero con su gran humedad, el árbol estaba abocado a la muerte a no ser que se trasplantara. Y sinceramente, criar un arbolito durante 10 años para luego entregarlo a una muerte probable ... ya puede parecer cruel con un animal que después el otro se come pero es que en este caso ni eso.
Pues bien, tras comprar esto, todavía retraso la operación una semana ya que se aconseja que el fondo de la maceta esté llena de chinos con el fin de que pueda drenar el exceso de humedad mejor. ¿Y de dónde se sacan los chinos (aparte de China)? pues o bien comprando como sugería Giovanni o bien en el sitio donde juegas al fútbol todos los sábados :-). Así que como conté en su momento, se lleva a cabo la operación, descubro con sorpresa que en realidad no tenía nada de tierra y todo eran ya raíces. Recorto un poco las raíces y podo (quizás no con el mejor instrumento) todas esas ramitas. Ahí veo que el árbol estaba más que vivo pues todas las ramas estaban verdes. Era por tanto cuestión de tiempo que se adaptara a la nueva maceta, con su tierrecita y empezar a ver los efectos. Así, dos semanas después:
ya eran visibles los primeros brotes y hojas y además el resto del árbol estaba "minado" de brotes. Brotes que otro par de semanas después se convirtieron (como ya también me habían comentado) en una explosión de color verde con ramas nuevas larguísimas (no menos de 4 ó 5 centímetros) con hojas enormes (más de un cm de largo) y lo que hace 15 días parecía una mancha verde en un desierto, hoy parece un jardín descuidado donde todo ha crecido en demasía :-D
Ahora en realidad lo que me da pena es pensar que llegado el momento tendré que podar la gran mayoría de todas esas hojitas verdes para volver a un estado menos "salvaje". Y ciertamente me da pena, con lo que ha sufrido el pobre, ahora que se ve que está a gusto, yo voy y pienso en meterle de nuevo la tijera ... eso no debe ser de buena persona :-).
Un saludo, Domingo.
Así que
sábado, 8 de marzo de 2008
Evolución de un bonsái
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