Ayer por la tarde fui a jugar al fútbol. Aproveché que tenía un curso para, por una vez, llegar a tiempo al partido. Llegué con 5 minutillos de adelanto sobre la hora oficial y me dirigí al vestuario. En la puerta me saludé, o mejor dicho me saludaron pues yo tardé unos segundos en reconocerlos, un par de compañeros. Me dejaron la llave y entré al vestuario a dejar las cosas. Iba a salir justo cuando llegaron otros dos a los que dejé la llave mientras yo me fui corriendo para el campo pues ya era la hora.
Llegando al campo me fijé en una niña de aproximadamente un año o año y medio que medio correteaba medio sola mientras la seguían con la mirada. No sé por qué (bueno sí lo sé), pensé en la comparativa entre un niño pequeño y un cachorro de perro. Un niño de esa edad si se pierde es imposible que sepa dónde ha ido ni que sepa volver. Un cachorro de uno o dos meses tiene en comparación mucha más independencia, incluso tomando la famosa regla de que 1 año de una persona son 7 de un perro. Y es que no en vano, el cachorro de hombre es el más indefenso de todos, amparado probablemente en que la evolución le ha dotado de unos padres protectores que evitarán, en lo posible, todo problema para él.
Pensando andaba yo en esto cuando vi que el compañero de fútbol al que había saludado estaba bastante cerca de la niña. Entonces comprendí que la niña era su hija, hija a la que ya alguna vez había acompañado bien la madre, bien los abuelos, mientras el padre jugaba. Le comenté lo grande que estaba ya la niña y llegué al campo donde un enjambre de jugadores, animado por el estreno del campo pululaba por el césped. El césped, por cierto, era un tanto raro. Muy, muy suave, amortiguaba muy bien los botes, pero también resbaladizo y sobre todo los más rápidos tuvieron oportunidad de verlo de cerca.
Empezó el partido y, con más gente que de costumbre, se empezó a ver que el césped no me venía demasiado bien. Si a eso le sumamos que no es que esté en mi mejor forma, podemos hacernos a la idea de que mi partido fue, en general, discreto; limitándome a defender con más o menos éxito y poco más.
Pero llevaríamos 15 minutos o así de partido y uno del equipo rival se marchó del campo, aparentemente bastante molesto. Primero uno y luego los dos médicos que había sobre el campo fueron a atenderlo. Se había echado la mano hacia la parte izquierda del pecho y en un primer momento pensé uno no podía evitar preocuparse por su bienestar. Al ver que lo atendían y que no parecían muy preocupados, también se tranquilizaba uno. De hecho, si tuviera que pasarle algo, ningún sitio mejor que acompañado por dos médicos de reconocido nivel y a 200 metros del hospital. También pensé que si no fuera por los dos médicos, yo estaría mucho más preocupado. en cierta forma era como si aquello no fuera conmigo. De hecho, rodeaban a este hombre varias personas y desde luego uno más no iba a hacer sino agobiarlo más.
Se recuperó un poco y los médicos volvieron al juego, aunque como no terminaba de recuperarse del todo, unos minutos después uno de ellos volvió con él y tras hablar, lo acompañó en dirección al hospital ... y nosotros seguimos jugando.
5 ó 10 minutos después se escuchó una ambulancia parar bruscamente y yo creo que todos supimos que era para él, pero bueno, en caso de tener que pasarle algo, ningún sitio mejor que acompañado por un médico, con la ambulancia allí y a metros del hospital. Al final del partido el médico volvió corriendo. Cogió sus cosas y se marchó. Nos confirmó que efectivamente la ambulancia había sido para él y que cuando entró en la ambulancia estaba "frito". Terminamos el partido, me quedé charlando un momento con el otro médico acerca de los lances del juego y en un momento dado aproveché para preguntarle por si habían notado algo cuando lo reconocieron. Me dijo que no, que al principio pensaron en un infarto pero que no era. Entonces, por precaución, habían decidido llevarlo al hospital en caso de que se tratara por ejemplo de una pericarditis a consecuencia del impacto que hubiera podido tener.
Y tras eso entré en vestuarios donde estaba el médico que lo había atendido y lo había acompañado hasta la ambulancia. Allí nos duchamos como siempre, las mismas bromas, los mismos comentarios acerca de quiénes son los últimos etc. Cierto es que te vas pensando en el tan traído y llevado "no somos nadie" o "donde está el cuerpo, está el peligro". Pero en ningún momento sospeché la realidad y eso que en temas médicos hasta ahora había acertado más que fallado los desenlaces de este tipo. Para entonces Carlos ya había muerto.
13 años menos unas horas después de la muerte de mi abuelo, moría un compañero de fútbol de 41 años con quien yo no tenía una especial relación, ni buena ni mala. En todo caso seguro que mala no. Sus compañeros se cabreaban con él porque no pasaba el balón y tiraba pero yo o jugaba en contra o jugaba en su equipo sin ningún tipo de incidencias. Y fuera del fútbol, sólo una vez me lo encontré, estando yo de vacaciones y él trabajando como conductor que era su oficio.
13 años antes yo me acostaba medio preparado para el examen de Álgebra de primero, examen en el que seguro que sabía lo que era un elemento idempotente, algo que no recordé durante el curso que he recibido esta semana. 13 años antes yo sabía que mi abuelo se moría pues habían llamado diciendo que su estado empeoraba y que sus órganos habían empezado a detenerse. 13 años menos unas horas antes no me sorprendió que la enfermera me dijera dubitativa que mi abuelo había fallecido. 13 años menos unas horas después yo estaba confiado en que Carlos no tendría nada excesivamente grave y que se recuperaría pronto. Estaba equivocado.
Esta mañana ha sido bastante ajetreada en el trabajo. La tarde también a causa del retraso producido por los dos días de curso, pero en un momento dado pensé que era raro que no me hubieran llamado para preguntarme si jugábamos mañana y sobre todo para decirme cómo estaba Carlos, tal como habían quedado. En ese momento me asaltó la sospecha de que había estado equivocado todo el tiempo y llamé para ver qué tal iba la cosa. Tras algunos (pocos) circunloquios necesarios, me comentaron que efectivamente cayó muerto a los pies de las escaleras del pabellón deportivo.
En ese momento me acordé de todos sus compañeros de trabajo, sus amigos. Yo estaba afectado, más de lo normal, ¿cómo no estarían ellos?. Y como en un rapto de lucidez se me vino a la cabeza la imagen del médico que lo atendió y cómo se le debía haber muerto en sus brazos una persona con la que sólo 15 ó 20 minutos antes estaba jugando un partido de fútbol. Un médico puede estar más o menos acostumbrado, pero esto tiene que afectar, no puede ser de otra forma. Por la mañana los compañeros se escaparon al cementerio, a darle probablemente el último adiós.
Carlos, 41 años, fumador empedernido y jugador de fútbol. Un defecto cardíaco congénito detectado en su familia, pero no en él, hasta ahora, se lo ha llevado. Por lo visto hablaban que en cierta forma parecido al caso Puerta. Poco importa, espero que la familia se pueda recuperar lo antes posible y, a ver si pudiera ser que los comentarios que hice ayer a mi padre cuando le comentaba lo del conductor fumador que se había tenido que llevar la ambulancia y hoy cuando le he dicho que había muerto, puedan servir para algo. No creo que vaya a caer esa breva.
Un saludo, Domingo.
viernes, 13 de junio de 2008
13 años menos unas horas
Etiquetas:
diario
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5 comentarios:
Vaya historias más tristes, espero que por lo demás todo vaya muy bien.
Un saludo!!
Domi, siento lo de tú colega....pero ya sabes que la vida es muy puta y tiene ésta cosas. Espero que todo vaya bien, un abrazo.
Gracias a los dos. La verdad es que bueno, ha coincidido así. Ayer me enteré de que lo atendieron además del médico que juega con nosotros, dos médicos que corrían por allí, dos enfermeras que iban a nadar y otra que venía. El 061 estaba allí también en 2 minutos. En fin, that's life, c'est la vie, así es la vida.
Por lo demás, todo está bien. Un par de semanitas de trabajo intenso y luego esperemos que se relaje la cosa. Bueno, en el peor de los casos, aunque no se relaje, tengo vacaciones :-D.
¿Y vosotros qué?. Que de algunos apenas sé nada ;-).
Un saludo, Domingo.
"¿Y vosotros qué?. Que de algunos apenas sé nada"
Eso no lo dirás por mí?? :-)
He entregado (por fin!!) la tesis y el día 19 de Julio tengo la presentación/defensa. Así que ahora estoy preperándola, esperando los comentarios... estrés vamos! No sabes la envidia que me das con lo de las vacaciones!!
Pos eso, que lo pases muy bien estos días!!
Joer, es el día 18 de Julio...
pa que veas...
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