Esto pasó hace un mes, pero hasta ahora no había tenido tiempo de escribir sobre ello. El caso es que fui a un curso laboral en el que se puede decir que lo mejor fue que, durante tres días, me pude escapar de los agobios que por aquel entonces tenía en la oficina. Eso y que lo compartí con, probablemente, una de las mejores personas de la empresa y antiguo jefe y compañero de malos tiempos.
El caso es que el curso no era nada del otro mundo e incluso yo con mis magros conocimientos sabía ya parte de las cosas que nos iban a explicar. Mi compañero y a la vez jefe creo que sabía bastante más que el instructor :-). Allí nos encontramos también con algunos compañeros de fatigas (uno incluso compañero de aventuras en Chicago) y con tres o cuatro novatillos que metieron casi porque pasaban por allí.
Bueno, vamos al grano. Resulta que en una de las presentaciones que nos dieron se nos habla de los elementos idempotentes en informática. Según parece, sería algo así como cuando pulsas un botón en una página web, no importa si lo has pulsado 1 ó 1000 veces, la página resultante debería ser la misma. Y comenta nuestro estimado instructor que esto viene de las matemáticas que si tal que si cual.
Como es natural (al menos para mí), yo ya no recordaba absolutamente nada de lo que era un elemento idempotente y mucho menos que el elemento idempontente de los naturales fuera el uno porque 1x4 = 4 tal como nos explicaba este buen hombre. Así que haciendo un alarde de memoria, recordé que había otra cosa que se llamaba "nilpotente" y deduje que un elemento era nilpotente en un anillo si elevado a una cierta potencia daba cero. Así que conjeturé que el idempotente debía ser aquel que tenía una potencia a la que, elevado, daba la unidad.
Así quedó la cosa, con unas cuantas risas y, puestos a hacer el ridículo, incluso salí a la pizarra de papel a dibujar gráficamente lo que eso quería decir. Evidentemente nadie se enteró de nada y a mí no me importó lo más mínimo :-).
Al día siguiente, el profesor ya consiguió tener internet y pudimos ver la definición de idempotente. Ahí quedó evidente, para mí no creo que los demás se dieran cuenta ni les importara, que había metido la pata a base de bien el día anterior. Sin embargo, las tablas que ya tiene uno, unidas a la cara que se aprende a echar en situaciones de este tipo (en realidad más serias que esta, que era una tontería) se hizo patente en aquel momento. Hace años yo me hubiera muerto de vergüenza de ver que había metido la pata en algo en lo que se suponía que no debía meterla.
Ahora evidentemente no. En primer lugar porque ya sabe uno que el interés ajeno rara vez coincide con el propio y eso, en su escala de valores, estaba mucho más bajo que el quedar por la noche para salir a dar una vuelta, por ejemplo. De hecho, aproveché la confusión para meterme con el profesor, con los desinteresados alumnos y, ¿cómo no?, conmigo mismo. Entre otras cosas porque si sólo te metes con la gente queda feo :-). Y así nos echamos otras risas hasta que el curso se acabó y volvimos tras él a la cruda realidad.
Un saludo, Domingo.
sábado, 5 de julio de 2008
Idempotentes
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diario
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