viernes, 5 de diciembre de 2008

Aparentemente correcto/Dobles sentidos

Durante la semana pasada, casualmente, presté atención a cosas que hasta ese momento habían pasado desapercibidas para mí. Digamos que me encontré con cosas en las que de repente identifiqué algo, un segundo sentido muchas veces, que cambiaba por completo la intención original de la frase. Sería algo parecido a cuando en Madrid a algún lumbreras del ayuntamiento o de la comunidad se le ocurrió decir que algo era el "espejo de tu vida" y encargaron miles de carteles con la frasecita. Después llegó otro más despabilado que el primero y simplemente añadiendo un espacio dejó la frase en "Espe jode tu vida".

Juegos de palabras como esos no son tan infrecuentes. Recuerdo también cuando Sánchez Dragó (que tiene sus cosas buenas y sus cosas muy malas con las que en general no comulgo demasiado) quiero recordar que afirmó haber utilizado en una aduana supositorios de marca afrodisíaca (le he oído afirmar que se fuma un porro después de hacer el amor así que a saber qué llevaba en su recto) para poder pasar la mercancía sin problemas a donde fuera. Comentó entonces algo así como que esa fue la forma en que perdió su virginidad anal. Total que tras esa frase algún cachondo comentaba que lo de "negro sobre blanco" (el programa de televisión que presentaba) adquiría una nueva dimensión.

Pero bueno, esas son antiguas, las que escuché la semana pasada son distintas y cada también con distinta interpretación. En particular, estaba escuchando una canción del Arrebato que había escuchado ya muchas veces: Me gusta lo que soy
En particular hay un momento de la canción donde dice: "Moriré por mi palabra si se la he dado a un amigo".

Nunca había caído pero entonces me di cuenta de que si la palabra se la da a una persona cualquiera, puede morir por ella ... o puede no hacerlo. Esto por un lado puede ser criticable o puede no serlo. Por supuesto de inicio me siento tentado a criticarlo. Alguna vez he dicho que mi palabra era mejor que mi firma porque lo que firmaba debía cumplirlo porque para eso lo había firmado pero que para lo que prometía no había ningún papel que me forzara a cumplirlo y a pesar de todo lo haría. Eso lo decía cuando era más joven, ahora tendría que decir que haría falta analizar la situación, sobre todo después de la compra del coche el año pasado.

En particular, le dije que me reservara el coche y me lo reservaron sin haber pagado nada. Justo el día en que iba a hacer la transferencia, recibí una llamada en la que me ofrecían el mismo modelo más barato y llamé al concesionario para ver qué se podía hacer. El vendedor, un tipo un tanto extraño cuyo modo de venta se basaba aparentemente en la honestidad más que en el sentido común o incluso la inteligencia, se puso hecho una furia, me vino a llamar pesetero, dijo que yo había dado mi palabra pero que al final para mí tenía más valor el dinero que esta etc. Le dije que sí, que había dado mi palabra en unas condiciones pero que al cambiar estas, no podía mantenerla y tras sugerirle amablemente que dejara de decir esas cosas a sus clientes y meterme con él de forma irónica, la cosa quedó ahí. Unas horas después me llamó para disculparse y bajar el precio del coche. Parece ser que al final para él la palabra (todo lo que me soltó por aquella boquita) también tenía menos valor que la venta.

Pasamos pues a la segunda frase, escuchada en una campaña a favor del uso del cinturón de seguridad. Se inicia el anuncio y el locutor detalla como el niño sufre daños terribles a pesar de que su padre ni siquiera le había propinado "ni un golpe, ni una paliza, ni siquiera un tortazo". Este anuncio también lo había escuchado y quitando que me recordaba la campaña, a veces histérica, contra los malos tratos (que ahora impide hasta dar un cachete en el culo a un niño ya que supuestamente tienes que ser capaz de dialogar con cualquier tipo de niño y en cualquier situación) tampoco había visto nada raro. Pero entonces caí en que el anuncio no hacía uso de una escala adecuada de gravedades. En ese tipo de construcciones, entiendo que normalmente debes empezar por lo más/menos grave e ir llegando hasta el otro extremo. Es decir, el padre del anuncio no había dado una paliza, ni un golpe, ni tan siquiera un tortazo (paliza>golpe>tortazo) en vez de (golpetortazo) que deja la frase un poco coja. Es algo así como: "y eso que el padre no era un maltratador habitual, ni siquiera uno ocasional es más nunca se le escapó una torta".

Por supuesto que la frase puede tener sentido, basta con unir los dos primeros elementos: (no era un maltratador, ni habitual ni ocasional, es más jamás se le escapó una torta. Sin embargo tal como la dicen por la radio esa interpretación se me antoja más forzada. Sí, ya sé que todo esto es una tontería pero bueno, soy libre de pensar lo que quiera mientras escucho la radio ¿no? :-P.

Y llegamos ya a la última: se trata también de un anuncio de radio, creo que era del SSangYong Kyron y el único objetivo era el de intentar revitalizar la industria del automóvil (del suyo más concretamente) diciendo que te lo compraras porque era mejor que el que tenías, sin entrar a valorar si es momento de ello o incluso si tienes el dinero. Por supuesto que ellos no tienen que entrar, eso les corresponde a los posibles clientes. Pero bueno, independientemente de eso, el anuncio decía justo al principio "Se cambia de novia cuando encuentras una mejor, se cambia de tal cuando encuentras uno mejor, se cambia de coche cuando encuentras el que yo te estoy anunciando". La verdad es que ya la primera frase me impactó. En cierto modo está comparando una persona con un coche. Vale, hablaba de la novia pero viendo el tipo de anuncio casi se podía haber seguido diciendo que cambiaras de padres o de hijos si encontrabas algunos mejores.

Con lo bien que hubiera quedado (no sé si lo decían pero si no deberían): "Se cambia de trabajo cuando encuentras uno mejor". Y luego está efectivamente el hecho de que hablara de la novia, de encontrar una mejor y de cambiarla. Por lo pronto se supone que el hecho de que cambies o no de novia o dicho de otra forma de que rompas con la actual o no, no debería depender de que conocieras a una tercera persona. En particular porque para conocer lo suficiente a esa tercera persona habría que simultanear una serie de experiencias y actos que se presuponen prohibidos en el código no escrito de la fidelidad. Y no hablo de tomar una copa con una amiga, ni siquiera de sexo de una noche que podrían gustar más o menos a tu novia pero en cualquier caso no debería ni mucho menos proporcionarte una medida para poder comparar. Hablaríamos en todo caso de salir frecuentemente a espaldas de tu pareja, de tener una relación paralela al fin y al cabo, que eso sí probablemente pueda darte una medida al respecto.

Así que me el anuncio me resultó rarísimo. Se supone que sólo quiere vender un coche pero para ello ha puesto a la mujer de mujer objeto y casi ha hecho una apología de la bigamia. No sé, un tanto extraño. Ahh, y no he escuchado de ninguna asociación femenina que se queje, ni siquiera por asociar de nuevo a la mujer con la venta de coches :-).

Un saludo, Domingo.

2 comentarios:

Caminante dijo...

Yo conozco uno que cambió a su mujer por otra mejor. Al tiempo, decició cambiar a ésta por otra mejor y volvió con su mujer. De donde se deduce que las mujeres cumplen la propiedad antisimétrica y todas son iguales de buenas :).

Domingo dijo...

Bueno, son todas iguales de buenas pero en particular la tuya y la mía son las mejores ;-). Y también por ese motivo no voy a ser yo el que lo intente. Si hay que ir se va, pero ir pa'ná, es tontería :-P.