jueves, 25 de diciembre de 2008

Cuando las barbas ...

En este día de Navidad del 2008, tras la comida de Navidad, tras la cena de Navidad e incluso tras una interesante Misa del Gallo, recuerdo lo de las barbas y los vecinos y demás.

Empecemos primero por lo de la Misa del Gallo. Anoche, tras cenar e intentar dormir sin éxito a mi ahijada, acompañé a misa a mi prima y a mi madre. Hacía quizás tres o cuatro años que no asistía a una misa, aparte de bodas, bautizos y similares. Y hacía quizás 20 años desde la última Misa del Gallo. Mis recuerdos al respecto están compuestos por una densa neblina de la que sobre todo recuerdo la ida, la vuelta y el frío que hacía. Ayer, el frío seguía presente. También un Belén muy bonito (y grande) iluminado con lucecitas de estas típicas de árboles de Navidad que me recordaban a las que tenía un árbol que hubo en mi casa durante algunas navidades de hará unos 25 años pero que luego no se volvieron a poner. Pero bueno, son fáciles de imaginar, las luces típicas compuestas por dos tiras de bombillas que se iluminan de forma alterna. El Belén incluso tenía un río natural ... pero de agua no corriente. Pensé que sería un problema si el agua se estancaba y empezaba a oler y esperaba que tuviera alguna forma de drenarla y cambiarla por agua nueva.

Lo que es la misa en sí, pues bueno, estaba el sacerdote que bautizó a mi sobrina. Un sacerdote joven que no termina de explicarse muy bien llegando a veces a términos un tanto repetitivos y casi incoherentes. Algo así como: "Este domingo tendremos la renovación de votos de matrimonios para todos aquellos matrimonios que quieran venir y acercarse a renovar sus votos de matrimonio en la ceremonia para la renovación de votos de matrimonio". Aparte parece que se emociona con facilidad y durante uno de sus sermones tuvo que parar dos veces porque no le salían las palabras a causa de la emoción. Pero bueno, eso no creo que sea criticable.

El caso es que allí estaba él, ayudado por un sacerdote muy muy joven, quizás seminarista, y por algunos diáconos. Uno de ellos provocó una de las anécdotas de la noche al encender con una cerilla una de las velas, apagando después la cerilla de un soplido y llevándose por el camino la llama de la vela de paso. La segunda vez tuvo más cuidado y la verdad es de tanto cuidado que tuvo la situación fue casi cómica. Eso sí, más cómica hubiera sido de habérsele apagado por segunda vez :-).

Y abajo, nosotros contenidos en una iglesia cuya planta que vista desde Google Maps parece una medalla de esas que se colgaba Magic Andréu :-). La parte redonda sería justamente la parte donde se celebra la misa y la de arriba estaría ocupada por alguna que otra sala y/o despacho. En cualquier caso, la típica planta de cruz con que uno se imagina las iglesias no estaba ahí o no parece estarlo.

Entre los asistentes, unas 100 personas en un recinto preparado para albergar al menos al triple, muchas personas mayores, algunos que otros niños y muy poca juventud de entre 15 y 35 años, diría yo. Algunos había ciertamente, pero eran la excepción. No sé cómo será un domingo normal en esa iglesia ni la media de edad de sus feligreses pero al menos se trataba de algo curioso. Curioso además porque yo mismo estaba en esa misa con un ánimo diferente a todas a las que había ido en mi vida. Ayer yo era prácticamente un científico en una iglesia. Desde hace años me definía como alguien que pensaba que la postura más correcta era la de agnóstico pero que a pesar de todo tenía una cierta inclinación por la existencia de Giovanni ;-).

Ahora, con más años así como con más lectura de todo tipo a mis espaldas, mi presencia allí era algo más que la de un simple espectador, intentaba en cierta forma quedarme con hechos característicos y diferenciales que me llamaran la atención. No para contarlo en un blog, la verdad, ya que aunque lo pensé cuando lo de la vela, no era mi intención. Así, observaba los rituales, observaba los cánticos con la misma letra pero con distinta música que cuando yo era niño y observaba también que el credo, que tanto se me resistía de pequeño, quedó grabado con una letra en absoluto indeleble.

Y poco más, yo creo que más o menos así acabó la Misa. Luego mientras salía de la iglesia y antes de coger el móvil, recuerdo que pensaba que volvía a la realidad y volvía a las preocupaciones de las barbas que se ponen en remojo.

Y todo esto es porque hace meses yo decía que no veía que mi puesto de trabajo estuviera en peligro debido a la crisis, porque pensaba que antes que yo podía tocarle el turno a bastantes personas, aunque nunca se sabía. Pues bien, ya le está tocando el turno a algunos de esos compañeros. Algunos de ellos son personas que se puede decir que han estado durante años trabajando con menor presión que otras personas y que además ahora se encuentran con una salida de la empresa que, sea deseada o no, no es del todo mala o incluso hay quien pudiera pensar que es buena.

Pero esto es lo de menos. el caso es que hay otros que se ven en unas circunstancias totalmente indeseadas que ellos no han causado y de las que son protagonistas inocentes e involuntarios. Uno tampoco es que pueda hacer demasiado salvo guardar los detalles que puedan haberle sido confiados bajo secreto de confesión aunque estas cosas siempre dan igual porque los rumores se extienden como la pólvora.

E incluso, siendo ya totalmente egoístas, eso tampoco es lo importante. Lo importante es que tenemos que poner las barbas a remojar y que si se materializan este tipo de decisiones, dentro de un tiempo la probabilidad de que uno pudiera estar en la lista de nominados incrementaría y lo haría cada vez más conforme a uno no lo nominaran. A pesar de todo sigo pensando que no es probable, al menos no en un plazo de un año, por ejemplo, pero si la crisis se alarga y las empresas no consiguen adaptarse satisfactoriamente, quizás llegará el momento en que a uno le toque estar ... "acongojado". Esperemos que no y que la crisis, más pronto que tarde, se empiece a remontar y recuperemos la normalidad. Eso en parte nos lo dirá el 2009 que es el que tiene en sus manos refrendar o no las predicciones de los que saben o de los que dicen que saben :-).

Un saludo, Domingo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nada como una mirada crítica o curtida por la edad para ver "lo de siempre" con una luz distinta... a mi la liturgia siempre me ha llamado poderosamente la atención, y como, mediante la repetición de letanías (misma letra con distinta música) consiguen grabar a fuego ideas que si uno las separa, no tienen ni pies ni cabeza... Con lo del remojo, ¿qué te puedo decir?, preocuparse demuestra una actitud inteligente, aunque preocuparse en exceso puede tornarse en paranoia...

Giovanni Dixi

Besos