Por motivos que no vienen al caso, hace poco estuve en un refugio para perros en Alhaurín de la Torre, Málaga. Tienen su propia web y ahí explican algunos de los casos que han atendido y atienden:
http://www.refugioparquedelduque.com/
Y ésta era la última “adquisición” del refugio:
http://www.alhaurin.com/noticias_ampliar.php?id=10067
El refugio es en realidad un chalet de una familia, con un poder adquisitivo innegablemente por encima de la media y con unas ganas de ayudar a los animalitos también innegablemente por encima de la media. Ambas cosas las están empleando en realizar una gran labor como es fácilmente visible a través de la web. Además tengo que decir que en mi vida he visto a perros mejor tratados, cuidados y alimentados (luego me han dicho que tanto volumen es normal en perros castrados). Baste sólo un dato. Tienen perros a los que no pueden tener en el refugio por habérseles quedado pequeño y en vez de tenerlos en una situación precaria o simplemente no recogerlos, les pagan la estancia en una residencia canina. Evidentemente el que no tengan problemas económicos no significa que no necesiten ayuda y por eso han iniciado programas de apadrinamiento; sobre todo de los que son más viejos y que saben que difícilmente serán adoptados.
El caso es que me entraron ganas de adoptar a una perra, no recuerdo cómo se llamaba, de 12 años a la que su familia tras 12 años de fiel servicio había presentado la puerta. Desconozco las razones de la familia si es que había alguna pero se me antojan que no debería haber muchas. En el peor de los casos y la hubiera llevado a que la sacrificaran ... pobrecilla, allí tan delgada que se le notaban los ijares. En fin, no sé si prefiero pensar que estaba bien cuidada y se ha puesto así de pena o si ha sido abandonada y ahora se está recuperando.
Había allí a pesar de todo otros casos que llamaban la atención. Recuerdo sobre todo a un perro hermosísimo, de estilizada silueta, como para película que no paraba quieto. En particular se subía y se bajaba del techo de su caseta. El motivo es que estaba apadrinado y como sus padrinos no pueden estar con él durante la semana por trabajo, van por él los fines de semana y se lo llevan. Y él invariablemente intuye cuándo está próximo el momento del reencuentro y no cabe en sí de gozo.
Había un par de hermanos, de natural bastante arisco que llevaban años con ellos pero a los que todavía dominaba un miedo y una desconfianza proverbiales. Sus nombres eran Trueno y Rayo ... de ellos sí que me acuerdo :-).
Había también un perrito al que tenían apartado de los demás ya que su estado, a pesar de haber mejorado muchísimo, todavía era lamentable. Ya empezaba a ver algo pues al llegar a las cosas se paraba y no se tropezaba pero había llegado ciego. De igual forma, había llegado con tal cantidad de bichos y heridas que prácticamente no tenía pelo. Eso parece que era una constante, sobre todo en perros maltratados. Había por allí varios perros tuertos o que se habían quedado ciegos y muchos de los que acogen vienen completamente cubiertos de parásitos.
En fin, casi mejor no pensar en las cosas que habrán visto en el refugio y en los humanos que las hicieron/consintieron.
Y justo antes de venir, nos encontramos con el personaje que da nombre a la historia, Duque, un perro bonsái con mucho genio, ciego también, que fue abandonado con días en la basura y que fue el primer perro que acogieron. Ahí fue donde empezó esta bonita historia salpicada en muchos momentos de detalles tristes:
http://www.refugioparquedelduque.com/es/paginas/historia.html
Un saludo, Domingo.
sábado, 19 de abril de 2008
Refugio Parque del Duque
Etiquetas:
diario
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