Pues aquí estamos en un domingo atípico. Atípico porque el resfriado que cogí el miércoles pasado no se termina de ir. De hecho, no es que no se termine de ir sino que parece que la mejoría empezará a notarse a partir de hoy mismo. Ya ayer me quedé afónico y es que mi garganta de papel y yo no estamos hechos para resfriarnos ... o eso parece.
Por otro lado, hacía tiempo que quería escribir y es que no me gusta que se pase el tiempo sin mandar alguna cosilla, esas cosillas que releo con el tiempo y que, en cierta forma, si no las mando, es más probable que se pierdan como lágrimas en la lluvia :-D.
En particular, desde el miércoles quería escribir para dar las gracias; para dar las gracias por tener la suerte de estar aceptablemente sano. El miércoles precisamente me enteré de que mi ex-profesora de francés se estaba recuperando satisfactoriamente de la operación de espalda a la que se sometió. Un mal crónico y degenerativo que hace que tarde o temprano tengas que operarte parece ganar cuota entre mis conocidos. De hecho, el mismo día que supe que la operación de mi ex-profe había ido bien y que estaba recuperándose y hasta ya daba algunas clases particulares de español, supe también que la hija de unos vecinos y amigos de toda la vida tenía el mismo problema.
Unos 25 años debe tener la muchacha y al igual que en los otros dos casos, se trataba de una chica muy delgada que había practicado bastante deporte en su infancia/adolescencia. A ella, sin embargo, parece que su hasta ahora último trabajo en el cual tenía que andar cargando y descargando bastante peso el que le ha acelerado la progresión de la enfermedad hasta un punto que la aterra. Se ve el resto de su vida suportando estos dolores y eso no le da mucha esperanza. Y esto en una familia que ha sido castigada anteriormente con diferentes enfermedades crónicas. Espero que, evidentemente no sólo en este caso, pero particularmente en este caso, pueda con el tiempo alcanzar una calidad de vida mínimamente aceptable.
Evidentemente ante estos casos no tengo ningún derecho a quejarme por un resfriado y una ronquera.
Un saludo, Domingo.
domingo, 6 de abril de 2008
Un domingo atípico
Etiquetas:
diario
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