jueves, 15 de mayo de 2008

Gente clasificada

Pues sí, ya está todo el mundo clasificado. De hecho lo está desde hace semana y media o así. ¿Y el resultado? Pues injusto, como siempre, pero dentro de la injusticia pues no ha estado demasiado mal. Y en los casos en los que sí lo ha estado, pues intentaré a la vuelta de las vacaciones hablar con las personas involucradas, que por suerte para mí no dependen de mí, para decirles lo que ha pasado.

Y también tengo la suerte de que aquellas personas a las que yo he ayudado directamente a clasificar creo que han quedado donde deberían. Por supuesto más de uno se quejará, sobre todo los más propensos a quejarse :-). Pero incluso en los casos injustos, este es el sistema que hay y me temo que hay que aguantarse. Eso sí, tengo pensado sugerir un par de mejoras que yo creo que pueden dar algo de dinamismo/justicia a este tipo de reuniones y es que lo uno está relacionado con lo otro. Como históricamente las posiciones a veces se enquistan y no es fácil distinguir entre quién lo merece más y quién lo merece menos, resulta que al final se tiende a tomar la medida que sea con tal de que todo sea más rápido, aunque sea menos justo. A ver, de hecho me consta que se toman medidas para dar más dinamismo a las reuniones, pero este dinamismo es sólo aparente, se discute menos pero no es tan importante que lo que quede sea justo o no. Al menos es lo que creo yo. En fin, ya lo veremos.

El caso es que para bien o para mal ya estamos todos clasificados y justo a esta clasificación te quedas también con otras cosas que te llaman la atención. En primer lugar que, sin querer decir que haya jefes que no se lo merezcan, hay jefes que están ahí por algo. Son el tipo de personas que ves con un criterio muy muy definido, una precisión y una agudeza en sus comentarios y en sus acciones que simplemente asusta. Es como si estuvieran un pasito por encima de los demás. Esto por supuesto es independiente de su calidad como personas ya que además esto será discutible, habrá a quienes gusten más y a quienes gusten menos. Por poner un símil, es como reconocer la brillantez de un compañero o rival político. El ser brillante no implica ninguna de las dos cosas.

Por otro lado, también hay otras cosas que te llaman la atención y es que si te pones a observar verás las diferentes tácticas con que las diferentes personas defienden a su gente. Algunas más acertadas que otras, eso sí. Están los que defienden a los suyos con valentía, los que lo hacen con prudencia y los que simplemente no lo hacen y en los tres casos de forma independiente a que lleven o no razón. Yo me veo a mí mismo entre el primer y el segundo grupo. Personalmente creo que hay que ir primero con prudencia, tanteando el terreno y llegado el momento defender con valentía.

Pero lo que más me ha sorprendido, con diferencia, han sido las personas con fama incluso de personas estrictas en los procedimientos que aparentemente no defendían a los suyos e incluso dejaban los argumentos para no se sabe muy bien cuándo. En este sentido, hemos sido incluso otros los que hemos centrado balones medidos que sólo hacía falta rematar a placer y nos hemos encontrado con que no eran rematados a placer. No sé, también es cierto que uno lo ve siempre todo muy fácil pero este tipo de cosas es de las que aparentemente debía tener poca discusión.

En fin, resumiendo un poco, ha sido una experiencia bastante parecida a lo esperado, como siempre con alguna cosa que te llama la atención y que el hecho de que de ella se derivarán subidas de sueldo/categoría hace que todos debiéramos estrujar las meninges con el fin de intentar que cada año fuera más justo que el anterior.

Un saludo, Domingo.

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