sábado, 17 de mayo de 2008

Vuelta al júrgol

La semana pasada volví al "júrgol". Después de un par de semanas de parón entre lluvias/puente y comuniones, se produjo el tan esperado reencuentro. La verdad es que todo fue bastante mejor de lo esperado, no en vano esperaba haberme tenido que arrastrar por el campo durante gran parte del partido :-).

Y pensaba que iba a estar fatal porque llevamos un mes sin jugar los jueves a consecuencia de las obras en el campo de fútbol y además había pasado por unas semanas complicadas de trabajo que se traducían en prácticamente no moverse en toda la semana. Con todo esto, si dejara el deporte tengo el miedo, no sé si fundado o no, de poder volver a ponerme "redondo". Cierto es que procuro regular mi alimentación, pero también es cierto que si cuando juego un par de veces a la semana no bajo peso, si llego a dejar el deporte no sería complicado volver a subir.

Pero bueno, que estaba yo la semana pasada moderadamente contento por el partido, a pesar de los dolores de cabeza y el cansancio del post-partido que las bebidas isotónicas durante el mismo palían pero no evitan. Y esta semana también tenía la intención de volver a hacer algo de deporte sabatino, pero no ha habido forma. La mañana del jueves ya me levanté con la garganta tocada.

Eché memoria atrás y no recordé ningún momento en concreto en el que hubiera podido coger frío. Ciertamente había estado hablando los días anteriores con gente y mi garganta de papel, en cuanto habla más de la cuenta, se resiente. Pero para resentirse normalmente necesita que haya cambios de temperaturas. Luego caí en que el día anterior había tenido la reunión de equipo semanal y que posiblemente allí me estuvo dando el aire acondicionado. Entre salir a la calle a comer, con calor, medio sudando, volver y que en unos sitios haga frío, en otros más calor todavía y tal ... pues así estoy que debe ser la tercera vez este año que me resfrío.

Total que la noche del jueves no dormí del todo bien, ayer viernes estuve en el trabajo medio zombi con el cuerpo cortado y a pesar de una siesta generosa y sólo ligeramente reparadora, anoche estaba mejor pero con evidentes síntomas de resfriado. Esta mañana quería ir a jugar al fútbol y de hecho puse el despertador, pero la noche ha sido intensa y el partido de esta mañana me hubiera hecho más daño que beneficio así que tuve que mandar un par de mensajitos avisando de mi incomparecencia.

En fin, esperemos que la semana que viene ya me haya recuperado plenamente y que no haya más resfriados en una buena temporada. O al menos que pase el tiempo suficiente como para volver a coger la forma que esta vez, con sólo un partido, no ha sido posible.

Un saludo, Domingo.

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